La semana pasada vimos cómo el agua puede convertirse en hielo cuando se enfría mucho, mucho. Pero no sólo eso, también pudimos comprobar que si el agua la mezclamos con pintura de colores y la metemos en el congelador, después podemos usar los cubitos como si fueran pinturas.
Al principio costaba un poco coger los hielos porque estaban muy fríos, pero después no paramos de pintar ¡Qué divertido!